Creo que este libro merece que explique su historia. Hace algunos años, gané un concurso literario de narrativa y entre los componentes del premio se encontraba este libro. Sólo por ese hecho ya le cogí cariño.
El autor, Eloy Moreno, ya de entrada nos impacta con su forma de expresarse y el mensaje que contiene su obra. Brevemente, me gustaría exponeros que esta novela fue publicada y distribuida por el propio autor llegando a la venta de 3000 ejemplares hasta que Espasa se fijo en ella y la reedito. De alguna forma (y soy consciente de que no todos piensan como yo), eso ya hace esta novela especial, luchadora.
De una forma u otra, lo que valoramos es su contenido. De entrada me gustaría elogiarla por su retrato de la sociedad, por como nos recrea situaciones que no nos son ajenas, sino que nos podemos sentir identificados con ellas. ¿Quién no cree que es lo más normal del mundo ser el padre de una familia y luchar porque esta no se desintegre? ¿Quién no se ha levantado una mañana y ha pensado que debe hacer cambios en su vida para ser más feliz? Eso es justamente lo que me gusta de su novela, su humanidad.
Por otro lado, aunque Eloy Moreno emplea un lenguaje sencillo y se lee fácilmente, el ritmo narrativo puede ser lento... incluso muy lento. Si bien las situaciones que nos narra nos pueden ser cercanas, el protagonista me sigue pareciendo muy lejano teniendo en cuenta que está escrito en primera persona, no logro conectar con él. Los personajes, eso es innegable, están muy trabajados, muy bien perfilados, otro aspecto que hace que la novela nos sea real.
En resumen, le tengo cariño a este libro pero no ha conseguido sorprenderme en ningún momento y tampoco me ha enganchado lo suficiente como para devorarlo sin pausa. ¿Recomendado? Sí, pero sólo a los que disfruten con las historias reflexivas.
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